Hay veces que en pro de la rimbombante notoriedad de lugares paradisíacos, se combinan palabras para definir algo que resulta ser lo contrario. Playa, y Varadero, por definición no pueden ser compatibles, uno no repara las embarcaciones donde la gente toma el sol, pero queda muy bonito y le da un aire de exclusividad a un lugar, que es medio playa, es un antiguo varadero, y pretende ser un sitio en donde puedes pasar una velada cenando, escuchando música, viendo un monólogo o tomando copas… por desgracia ya con el nombre apunta a que todo lo que pretende ser, no cuadra del todo con la realidad.
Playa Varadero se sitúa en el puerto, la zona esta acotada y el entorno esta cuidado. Hamacas, mesas, sillas, tu barecito, y los atentos camareros te hacen sentir ese aire premium que intuyes en la entrada.
El local en si tiene dos zonas delimitadas, una más parecida a un chiringuito y la otra más parecida a un merendero… De entrada no sabes bien donde tienes que ir si quieres comer, si en las hamacas y sillas te servirán, si en la zona de arena no se puede, o si debes cenar en el merendero que tienen montado… Por suerte los camareros parece que responden a los estímulos que nuestra inquietud les transmite y acabamos cenando allí donde sirven cócteles. Quizá alguien no pensó que eso era posible.
La carta que nos presentan tiene buena pinta, papel de calidad e impresión en color, cuando alguien gasta tinta y tiempo en la carta, lo resta del tiempo que debió pasar elaborando el contenido de la misma. Así pues nos plantamos ante una selección de un par de hamburguesas y sendos bocadillos, y algún entrante, ensalada y poco más. La carta además estaba plastificada, importe a cargo del presupuesto para comprar patatas fritas.
Lo cierto es que a pesar de la sencillez de la carta, esta no estaba disponible en su totalidad, cosa que siempre es un incordio si eres de los que te cuesta decidir.
Con todo, nuestro pedido se pasa a cocina, así que todos felices con la selección y mientras tomamos el refrigerio, unas bebidas y unas papas a selección del camarero, ya que le pedimos unas y nos trajo las que el consideró que nos convenían mas… esto último era ironía, por si hay algún asperger entre los lectores.
La mesa de al lado espera menos… la de delante que ha venido tras nosotros tampoco espera demasiado, de hecho ellos empiezan a cenar y nosotros seguimos a la espera… y por fin…

Nuestra elección pasa por probar ensalada y platos, con guarniciones, y para empezar la ensalada tenia esta pinta.
Los elementos de la ensalada estaban correctamente combinados, con su sempiterno aliño de reducción, los cherris y frutos secos, cosas que funcionan y le dan cierta categoría, ya que a tenor de lo que demoró la entrega es obvio que que los cherris fueron recolectados uno a uno por un niño vietnamita minusválido con sus muñoncitos.
Ciertamente a pesar de todo a la ensalada le faltaba un poco de cloruro sódico, un elemento químico tan complejo y raro que los cocineros de la Playa Varadero parece ser que no conocen. Les animo a que lo usen, en Mercadona lo venden con un nombre muy cutre, «sal».

Este es uno de los bocadillos que mejor pinta tenía en la carta, el texto y la descripción de los ingredientes te hacían soñar con una delicia auténtica, creo que el reflejo de la plastificada carta te sumía en un estado hipnótico que además te permitía saborear ese delicioso manjar.
Ojala ese estado absorto y etéreo se hubiese prolongado más rato. El bocadillo no estaba malo, para ser de un merendero.

Pero el plato fácil, rápido, resultón y que te van a pedir más es este. La Hamburguesa.
A primera vista la pinta es buena, quizá falta la guarnición, esas patatas frititas que tenemos pedidas para compartir, pero no es preocupante. Lo justo es decir que su pinta no es equivalente a su sabor. La definiríamos claramente con cuatro palabras. Ni fu, ni fa. Es una hamburguesa decente, pero no capaz de hacer volver a nadie por ella misma. El que vuelva a Playa Varadero, no sera por sus burguer.
Falta hablar de esas patatitas que tenemos encargadas. Por desgracia, como os comenté, se gastaron el presupuesto plastificando las cartas y no nos llegaron, pero creo que en semanas venideras sí tendrán suficientes para servirlas con la guarnición, con un plato compartido e incluso puede que para repetir, depende de si las compran en el Lidl o si son McCain.
Playa Varadero es un sitio que visitar si vas a la playa de Gandia, hay un ambiente cordial, música animada, un entorno tanto de día como de noche que invita a relajarte y compartir el momento. No es un sitio en el que debas tener una cena de compromiso si lo que quieres es cenar como en un restaurante, y tampoco un sitio de comida rápida si quieres gastar poco y ponerte las botas. En general es un sitio en el que cenaras si no tienes otro remedio, en general muchos sitios en la playa te ofrecerán una mejor experiencia gastronómica gastando lo mismo. Aquí tienes música y ambiente, si para ti es un punto decisivo.
G.Rojo

