Vins i mes

Siempre es un placer cenar en Vins i Més ubicado junto al Palau Ducal de Gandia. Hemos pasado muchas y memorables veladas en este templo de la gastronomía de la ciudad, y esta vez no iba a ser menos. La bienvenida no pudo ser mejor pues en lugar del oloroso que solemos pedir al principio, Rubén, gerente del local, nos sorprendió con un Oporto de 20 años que estaba magnífico.
Para cenar, Rubén nos recomendó un vino tinto de la Sierra de Gredos: RICO-NUEVO. Rico estaba desde luego, pero para mi gusto un poco alto de graduación, 13,5°.

Vino Rico Nuevo

Ni que decir que, haciendo honor a su nombre, Vins i Més tiene una gran variedad de vinos, tratados a las temperaturas más adecuadas y para ello disponen de un habitáculo a la vista de la clientela en la misma entrada del local. Un elemento que reviste a Vins i Més de una más de sus singularidades.
Optamos por un menú clásico y con el atún como protagonista. Como hacía cierto tiempo que no habíamos ido a Vins i Més pedimos los habituales buñuelos de bacalao, para abrir boca y una ensalada de queso de cabra. Los buñuelos son también marca e interpretación intransferible de la casa.
A continuación tataki de atún. Como de costumbre, muy apetecible al paladar. Para cerrar la cena, atún escabechado con una estupenda presentación y un tratamiento del pescado magnífico.

Buñuelos de bacalao

En la sala nos saludamos muchos clientes habituales de Vins i Més. Más que clientes somos casi una pequeña familia de este céntrico restaurante de la ciudad. La familia crece y los «fichajes» de Rubén también. Conocimos a una nueva camarera: Mar «breve pero intenso» , tal como ella se definió. Todo un acierto.


Como Rubén ya no nos hace cremaets, (confío en que algún día los recupere), pedimos unos caragillos de ron Negrita. Para cerrar la velada nos sirvieron unos gintonics de la casa. Todo estupendo.
Volveremos seguro.

Glotón azul.